Alirio de La Petite Mort, un viaje a nuestras raíces
- Galería De Arte
- 5 ago
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La inauguración de Colombiamoda en Plaza Mayor fue un evento cargado de emotividad y significado, gracias a la colección Alirio de La Petite Mort. Con su temporada de Sol, la marca, de la mano de los diseñadores Jonathan Cortez y Andrés Durán, rindió un emotivo y merecido homenaje a los silleteros de Medellín, esos hombres y mujeres que, con su esfuerzo y pujanza, han labrado y recorrido los caminos de nuestras montañas.
Esta colección es un tributo a la historia de la siembra, a la lucha contra el clima y al arduo trabajo del campesino para que la tierra florezca. Cada pieza de Alirio refleja un profundo respeto por esas manos llenas de tierra que, incansablemente, trabajan para que todos podamos disfrutar de los frutos que brotan de la tierra.
La Petite Mort, consolidada en Latinoamérica por su impecable sastrería, nos sorprende con una propuesta que desafía lo tradicional. La colección Alirio presenta una sastrería perfecta y de gran valor artesanal, con patronajes innovadores que se alejan de lo convencional. Las telas, compuestas por algodones y fique, se entretejen con un simbolismo que evoca el talego o costal de cabuya del campesino, demostrando una conexión profunda con la cultura y el campo.

La paleta de colores de la marca, con tonos vino tinto, beige, negro, azul oscuro y café, se mantiene fiel a su identidad, mientras que los tejidos perfectos y los detalles artesanales de cada traje añaden un toque cultural único. Cada puntada es una oda a la dedicación, transformando cada prenda en una pieza de arte ancestral y contemporánea a la vez.
El desfile fue una experiencia sensorial completa. Los modelos salieron a la pasarela con flores a sus espaldas, un poderoso símbolo que evoca a los silleteros cargando sus silletas. La presencia del cabezal (la cinta que usan para la carga) en cada modelo añadió un toque de autenticidad que conmovió al público. Incluso el calzado, alpargatas creadas en colaboración con Vector y Querida María, rindió homenaje a este elemento típico de la región.

Las flores nos transportaron a las montañas, al campo y a la esencia del café. La colección nos recordaba el "hacer del ser", ese valor inherente al trabajo manual y al respeto por la tierra. No podía faltar el tradicional bolso carriel, el accesorio que completa el atuendo del arriero y que selló esta oda a la herencia cultural.
Alirio no es solo una colección de moda; es una historia contada a través de la sastrería, una historia de resiliencia, esfuerzo y la riqueza cultural de nuestro país. Es, sin duda, una de las mejores pasarelas de Colombiamoda, que nos deja con la certeza de que la moda puede ser un vehículo para honrar y preservar nuestras raíces.
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