Lecciones y reflexiones de Colombiamoda 2025.
- Galería De Arte
- 21 sept
- 3 Min. de lectura

Colombiamoda, la principal plataforma de la moda en el país, siempre genera una gran expectativa. Después de vivir la edición de 2025, es imposible no reflexionar sobre los desafíos y oportunidades que enfrentamos como industria. Más allá de las pasarelas y los stands, esta feria nos invita a un diálogo profundo sobre la identidad, la infraestructura y el verdadero significado del lujo en Colombia.
Uno de los mayores retos que tenemos es dejar de mirarnos en el espejo de las grandes capitales de la moda. No somos Copenhague. No necesitamos imitar el estilo nórdico o parisino para ser relevantes. Tenemos diseñadores con una creatividad inagotable y una riqueza cultural única que se refleja en sus creaciones.

Marcas como Lyenzo, La Petit Mort, Arial, Andres Pajón, Alado y muchas otras han demostrado que el talento colombiano no solo es competitivo, sino que tiene una identidad propia y poderosa. Es momento de darle un nombre propio a nuestra moda, uno que hable de nuestra herencia, de nuestros tejidos y de nuestro futuro.
Durante la feria, quedó claro que el lujo va mucho más allá de una etiqueta de precio. El verdadero lujo se encuentra en la historia detrás de una prenda, en el trabajo artesanal que la creó, en la calidad de sus materiales y en el respeto por las personas que la hicieron posible. Una marca de moda es mucho más que una simple camisa básica con un logo o una prenda oversize sin sentido. Es un diálogo con la cultura, la sociedad y el entorno político y económico en el que vivimos. Una prenda de lujo puede ser una pieza de artesanía local, un diseño innovador que cuenta una historia o una prenda de slow fashion que apoya la sostenibilidad.

Es innegable que Colombiamoda 2025 tuvo sus puntos altos, pero también dejó una sensación de desorden. El llamado "circuito de moda", aunque ambicioso, se sintió desarticulado. La comunicación previa a los eventos fue confusa y se hizo con muy poca antelación, lo que dificultó la planeación. Medellín, una ciudad que se proyecta como "innovadora", se enfrenta a un problema de infraestructura que la hace parecer un caos, especialmente en movilidad.
Muchas veces, llegar a tiempo a los eventos fue una odisea, y la sensación de ir corriendo de un lado a otro fue generalizada. Como asistentes, nos convertimos en "gallinas" sin rumbo, sin tiempo para asimilar las propuestas de los diseñadores y marcas. Mientras las pasarelas fuera del recinto acaparaban la atención, los pabellones de la feria, que son el corazón de la plataforma de negocios, sintieron un poco ausencia de la afluencia que merecían.
Quizás el mayor reto para los organizadores es repensar la feria en un modelo que funcione para todos. Si bien la intención de crear un evento similar a los de otros países es loable, debemos ser realistas con nuestras limitaciones. ¿Cómo recreamos una feria de este tipo en una ciudad tan grande en población, pero con una infraestructura deficiente? Propuestas como concentrar los eventos en una zona más compacta, donde las pasarelas, los stands y los pabellones de conocimiento estén en un mismo radio, podrían mejorar la experiencia de todos. De esta manera, el tiempo de los asistentes se podría optimizar y se podría disfrutar de una manera más minuciosa de la feria.

A pesar de los desafíos logísticos, hubo espacios que brillaron con luz propia. El Pabellón de Conocimiento y el Green Talks fueron espacios de aprendizaje e inspiración. Estos encuentros demostraron que la moda es más que solo ropa; es un sector que necesita nutrirse de networking y educación. Conferencias, talleres y conversatorios, repletos de futuros diseñadores y marcas consolidadas, brindaron herramientas y reflexiones valiosas sobre la sostenibilidad, la innovación y el futuro de la industria.
En retrospectiva, Colombiamoda 2025 fue una feria llena de contrastes. Nos recordó que tenemos el talento y la creatividad para competir a nivel mundial, pero también nos mostró las barreras que debemos derribar para optimizar nuestra principal plataforma. Es un llamado a la acción para que todos, desde los organizadores hasta los diseñadores y el público, nos unamos para darle a la moda colombiana la plataforma que se merece.









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